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Primeras jornadas «No me llames sin hogar»
Mesa redonda en las jornadas No me llames sin hogar

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Al menos 895.000 personas no tienen acceso a una vivienda en Europa. Una población que se equipara con la de ciudades como Marsella o Turín. Así lo apuntan desde FEANTSA y la Fondation Abbé Pierre, en el 8º informe sobre exclusión residencial en Europa. 

En este contexto, la red FACIAM y el proyecto Futuro&Co, han organizado la primera edición de las jornadas «No me llames sin hogar: juventud, identidad y desigualdad social en Europa» en Valencia. 

Durante dos días, entidades y profesionales del sector de diversos países europeos como España, Italia, Grecia e Irlanda se han reunido en la ciudad para conocer qué se está haciendo a nivel estatal y europeo en materia de sinhogarismo, innovación social y trabajo en red. 

A las jornadas asistieron Marta Torrado, concejala de Bienestar Social e Integración del Ayuntamiento de Valencia; Vicente Ripoll, director general del Instituto Valenciano de la Juventud y Patricia Bezunartea, directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, quien apeló a la responsabilidad pública para dar una respuesta eficaz a esta problemática: «La institución no puede ser la respuesta. La desinstitucionalización es la vía de trabajo con colectivos vulnerables como son los jóvenes sin hogar». 

Por su parte, Yves Leterme, presidente de la Plataforma Europea para Combatir el Sinhogarismo explicó que a nivel europeo se ha dado inicio al diseño de una serie de herramientas financieras concretas, que puedan dar respuesta a los agentes y factores implicados en la lucha contra el sinhogarismo. 

Más información para combatir los prejuicios 

Durante las jornadas cuatro jóvenes han hablado en primera persona de lo que supone ser un joven sin hogar y de lo importante que es que ellos y ellas mismas se empoderen y sean quienes cuenten su propia historia. 

“La sociedad no está sensibilizada sobre el sinhogarismo. Es verdad que se necesita más información, sobre todo para no caer en prejuicios” admitía una de las jóvenes participantes en referencia a la imagen que la sociedad española y europea tienen acerca de las personas sin hogar. 

Durante el conversatorio de las jornadas «No me llames sin hogar: juventud, identidad y desigualdad social en Europa», se destacó lo importante que es ofrecer una respuesta al sinhogarismo que aborde la vivienda, pero que también vaya más allá. Es necesario que se ofrezcan apoyos para trabajar con la comunidad, el acceso al empleo y la formación y también el cuidado de la salud mental: “Las situaciones de sinhogarismo, como las que hemos vivido, provocan problemas de salud mental. Te sientes vacío, eres como un títere y estás deprimido. Aunque algunos tenemos suerte al haber podido entrar en algunos programas que nos han permitido mejorar mucho nuestra salud mental” 

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