En Europa, entre un 20 y un 30% de las personas en situación de sinhogarismo tienen entre 18 y 29 años. El sinhogarismo juvenil y la exclusión socioresidencial son fenómenos emergentes que trascienden la idea que teníamos hasta ahora de los perfiles y trayectorias que conducen a esta situación.
Pero, ¿qué factores definen esta problemática que afecta a las personas jóvenes en Europa y en España?
Los problemas de acceso a la vivienda afectan sobre todo a colectivos más vulnerables como las personas migrantes en situación administrativa irregular o a personas en procesos de institucionalización. Aunque si bien es un problema estructural, no es el único.
Todas las cuestiones relacionadas con la falta de formación y el desempleo constituyen otra de las dimensiones a destacar en el sinhogarismo juvenil. La dificultad de acceso al mercado de trabajo y el mantenimiento en el mismo son una constante en las narrativas de las personas jóvenes en riesgo de exclusión socioresidencial.
El origen y estatus migratorio son un elemento distintivo porque la situación administrativa en la que se encuentra un alto % de estos jóvenes supone un bloqueo en sus procesos de inclusión social.
Hablar de salud, sobre todo de salud mental, como factor dentro de esta problemática es fundamental dada la alta prevalencia de malestar psicológico en las personas jóvenes en situación de sinhogarismo. Las duras condiciones de vida por las que pasa este colectivo incide directamente en ello y a esto hay que sumarla las restricciones de acceso al cuidado de la salud.
Teniendo en cuenta todos estos factores de los que hemos hablado anteriormente, debemos mirar esta problemática desde una perspectiva interseccional. ¿Por qué? Porque nos ayudará a tener una imagen más certera de esta realidad y sobre todo, nos ayudará a plantear una solución más eficaz para erradicar el problema del sinhogarismo juvenil.
Fuente: Monográfico ‘Juventud y sinhogarismo’ elaborado por FACIAM y el Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación
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